Una vez más tengo el honor y el
privilegio de poder conmemorar la Revolución de Mayo en Chile, donde me toca la
alta y grata responsabilidad de
representar a la Argentina en lo que es sin duda uno de los países con quien más compartimos profundos lazos de
amistad y vínculos que se remontan al
propio nacimiento de nuestras naciones, donde nuestros próceres tuvieron, más
que la osadía, el sentido común de imaginar un destino de
unidad.
Esta celebración, que es sin duda un
momento de regocijo para todos los argentinos y para todos aquellos que
reconocen y valoran el espíritu de fraternidad con que recibimos a quienes
quieren vivir en nuestra tierra o tan solo visitarla, tiene sin embargo para mi
este año un dejo de tristeza. Pasa que en esta ocasión nos falta un amigo
entrañable, el ilustre y digno Embajador
de Chile en la Argentina hasta hace tan solo unos pocos meses atrás, Carlos
Zaldívar. Su ausencia la sentimos no solo en lo personal, sino en el entusiasmo
con que encaraba el trabajo y en la convicción que compartíamos, de que el
desarrollo de nuestros países solo era posible trabajando juntos y en el marco
de la asociación estratégica que él ayudó a construir y que se refleja, entre
otros aspectos, en la intensa
colaboración que los dos países tenemos
en los foros internacionales, así como en los valores compartidos en materia de
derechos humanos.
Este es un año de elecciones en Chile y
nuestro país lo sigue con interés, pero también con la tranquilidad de saber
que no importa quien sea el candidato finalmente electo, las relaciones entre
nuestros países se mantendrán dentro del círculo virtuoso y consolidado de
creciente integración y hermanamiento. De hecho, podemos hoy celebrar que en
toda la región se ha reforzado la tendencia a la integración, con independencia
de las variaciones del “color” político de los diferentes Gobiernos, como se ve
reflejado en iniciativas como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños -CELAC-, la que, bajo la gran labor de Chile a cargo de la
Presidencia Pro Témpore, celebró exitosamente en Santiago su primera cumbre
presidencial en enero pasado.”
Y es justamente en el ámbito de la
Integración donde están concentrados nuestros esfuerzos, comenzando por la
fronteriza, clave para dos países que comparten
5000 kilómetros y que la convierten en una de las más largas del mundo.
Son ocho los Comités de Integración que
tenemos trabajando en los más diversos temas, desde la facilitación y agilización de los trámites de frontera, la
cultura, el deporte, el turismo, la producción y muchas áreas más entre las
regiones chilenas y las provincias argentinas. Nuestros países ya han acordado
la implementación de controles integrados en 13 pasos fronterizos, lo que significa realizar en un solo lugar tanto los
trámites de salida como de entrada a un país, dinamizando así el tránsito. Pero
sobre todo, continuamos trabajando con la idea de “perforar” la Cordillera para
unir más a nuestros pueblos, tal como se hiciera más de treinta años atrás con
el túnel Cristo Redentor. Para ilustrar este concepto, están los ambiciosos
proyectos del Túnel Agua Negra (que unirá la Provincia de San Juan con la
Región de Coquimbo), el Ferrocarril Trasandino Central (entre la Provincia de
Mendoza y la Región de Valparaíso) y el Túnel Las Leñas (que vinculará al sur
de la Provincia de Mendoza con la Región de O’Higgins).
Y los caminos de la integración no solo
pasan por la frontera, seguimos
ampliando los espacios de intercambio y cooperación, con una visión de futuro
frente a los desafíos de los nuevos tiempos. En ese sentido, hemos acordado con
las autoridades chilenas que sería oportuno realizar en los próximos meses un
encuentro bilateral sobre buenas prácticas en innovación, que reuna a expertos
del Ministerio de Economía de Chile y
del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina, donde se
aborde el tema desde la experiencia y perspectiva de cada país, aportando
Argentina su especialización en diseño
de políticas, prioridades, instrumentos y aspectos institucionales, así como
respecto de las modalidades de cooperación entre Pequeñas y Medianas Empresas
(PYMES) de base tecnológica y sobre el presente y el futuro de la promoción de la ciencia, la tecnología y
la innovación. En el año de la innovación en Chile, esta actividad constituye
una muestra más de nuestra voluntad de avanzar juntos en temas estratégicos
para el desarrollo.
Y por
supuesto la cultura y la educación siempre ocupan un lugar especial en la
agenda de trabajo de nuestros países. Entre tantas cosas realizadas, quiero
destacar dos por la trascendencia y proyección que tienen para la integración.
La primera es una iniciativa de mi Gobierno por la cual las Universidades públicas argentinas
conceden la posibilidad de estudiar gratuitamente una carrera universitaria
a alumnos extranjeros, y con
satisfacción puedo decir que Chile es el país que registra la mayor cantidad de
cupos asignados dentro
del universo total de la oferta argentina para estudiantes de países amigos.
Soy un convencido del sentido unificador que tiene
esta política de mi país, ya que profundiza el conocimiento recíproco y es sin duda, un mecanismo útil y
eficaz que otorga la posibilidad de consolidar vínculos entre universitarios y
así fomentar lazos culturales, profesionales y afectivos que trascienden el
tiempo y las fronteras.
La segunda
iniciativa que quería destacar es la del
“Acuerdo de Reconocimiento de títulos profesionales y licenciaturas y
títulos de grado universitario” suscrito por Argentina y Chile para facilitar el ejercicio profesional en ambos
países a través del reconocimiento mutuo de títulos de grado universitario, en
el caso de la República Argentina y títulos profesionales y licenciaturas en el
caso de la República de Chile, otorgados por universidades reconocidas y autorizadas
oficialmente en cada una de las partes, sobre el principio de reciprocidad. En
Argentina se están transitando los últimos pasos dentro del Congreso para su
aprobación.
Lamentablemente,
es poco el espacio que tengo para abordar una relación tan intensa y amistosa,
pero confio que muchos de los temas serán objeto de tratamiento por parte de
los amigos chilenos y argentinos que nos
acompañan en este espacio que nos concede El Mercurio. Pero no puedo dejar de reconocer y agradecer en nombre de mi país el fuerte
respaldo del Gobierno de Chile y de su pueblo a los legítimos derechos de
soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur,
Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, que no sólo se ha
manifestado en el apoyo de la posición argentina en el Comité de
Descolonización de Naciones Unidas sino también en otras instancias
internacionales y en particular en los mecanismos regionales como MECORSUR;
UNASUR Y CELAC.
Ginés González García
Embajador Argentino en Chile
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