lunes, 11 de marzo de 2013

Argentina, a un amigo chileno

Ginés González García

Embajador argentino en Chile

El reciente fallecimiento del Embajador de Chile en nuestro país, Adolfo Zaldívar, nos enfrenta a una gran pérdida, tanto desde el punto de vista humano como institucional. Con estas breves líneas quisiera recordarlo, a pesar de la tristeza que provoca su partida, con la alegría que debe dejar la amistad, por todo lo compartido, por todo lo que hicimos juntos, por nuestros objetivos comunes.
Adolfo fue para mi un verdadero compañero de equipo, un hombre democrático, profundo, dinámico y comprometido con la integración entre nuestros países, reconocido a ambos lados de la cordillera por su trayectoria política, por su trabajo entusiasta y apasionado. Lo conocí en el año 2007, al poco tiempo de haber asumido funciones en nuestra representación diplomática en Santiago.

En ese entonces Zaldívar era Senador de la Democracia Cristiana y generó los primeros encuentros.
Nuestras oficinas se ubicaban muy cerca y se hizo habitual reunirnos en Santiago, café de por medio, para conversar sobre las relaciones bilaterales.
Me impresionaba la enorme información que tenía de los vínculos y las dinámicas entre nuestros países, de la historia conjunta.
Nuestros encuentros aumentaron cuando en el año 2010 el Presidente Sebastián Piñera nombró a Zaldívar embajador en Argentina. A pesar de que yo estaba en Santiago y él en Buenos Aires, nos encontrábamos más de veinte veces al año, tanto por trabajo como por amistad.
Compartíamos ideales e ideas.
Nuestra relación era tan fluida y coordinada que a veces nos decían que yo parecía el embajador de Chile en Chile y él, el embajador de Argentina en Argentina.
Trabajamos en conjunto muy comprometidamente y alcanzamos importantes logros en diversos ámbitos, acuerdos de siete pasos integrados, validación de títulos universitarios, institucionalizamos las reuniones binacionales de Intendentes y Gobernadores, sólo para nombrar algunas de las tareas que nos preocuparon y concretamos.
Adolfo Zaldívar era muy querido en nuestro país, aún antes de ser embajador, porque en los años ochenta trabajó enormemente en la construcción de la relación política con Argentina.
Y durante el período en que fue embajador en Buenos Aires, su gestión -que él no consideraba una obligación sino una misión- marcó una especial impronta, generando confianza con su carácter frontal y su larga trayectoria en busca de la integración.
Representaba los ideales de San Martín y O’Higgins, de Perón e Ibañez.
Cierro estas líneas con una frase que Adolfo siempre citaba en sus discursos y que era de Perón: “Argentina y Chile juntos no suman, sino que multiplican”.
Honrando la memoria de este gran hombre, que definió su designación como embajador en Argentina como “un sueño cumplido”, seguiremos profundizando el camino de la hermandad y de la integración.

(Carta del embajador Ginés González García en el Cronista Comercial de Argentina)

No hay comentarios:

Publicar un comentario