El siguiente es un reportaje que le hizo Tiempo Argentino al embajador argentino en Chile, Ginés González García, sobre la polémica del aborto instalada con mayor peso en los últimos días tras los hechos ocurridos en Capital Federal.
Por ello fue objeto de críticas, entre las que se contó la del entonces obispo castrense Antonio Baseotto. "La multiplicación de los abortos que usted propicia es apología del delito de homicidio (...) Cuando usted repartió públicamente profilácticos a los jóvenes, recordaba el texto del Evangelio donde nuestro Señor afirma que 'los que escandalizan a los pequeños merecen que les cuelguen una piedra de molino al cuello y los tiren al mar'", le dijo Baseotto en 2005, evocando también la práctica de los vuelos de la muerte durante la última dictadura militar.
En 2007, González García impulsó el Protocolo para Abortos no Punibles, una guía para que supieran cómo actuar en los hospitales públicos en los casos de aborto contemplados por el Código Penal.
Aunque con modificaciones, esa guía sigue vigente pero sin rango de resolución ministerial, por lo cual la difusión es acotada.
Hace un año, el ministro de Justicia, Julio Alak, admitió que "la presidenta Cristina Kirchner tomó la decisión de que el aborto no esté hoy como un tema de agenda".
Quizás por eso el ex ministro de Salud todavía defiende la despenalización, pero sostiene que "no es momento para la legalización".
–¿Qué impulsó el armado del protocolo nacional?
–Se armó con la colaboración de un consejo de especialistas con larga vocación. Existían fanáticos con actitudes sesgadas, pero en general la opinión pública estaba de acuerdo, porque era a favor de los más débiles: mujeres violadas, a veces discapacitadas. Representa la principal causa de mortalidad materna. Existiendo una cantidad tremenda de abortos, de los cuales cerca de 85 mil por año terminan internándose en hospitales públicos, era necesario protocolizar el tratamiento. Tuvimos el respaldo del presidente Kirchner.
–¿Cree que hoy el protocolo tiene suficiente difusión?
–Fue mejorado y ampliado. Hay gente que no lo tomó como un derecho, sino como una guerra santa. Los últimos acontecimientos mostraron a un jefe de Gobierno que veta la ley y a una jueza que se opone al Código Penal, que estableció esto hace 90 años. Es una constante persecución sobre las víctimas. No sé cuál fue la intención de Macri al difundir el caso, pero un jefe de Gobierno se rige por las consecuencias y lo que pasó fue que a esa chica la persiguieron. Hay mucho por hacer, pero hoy se le asegura a la mujer el cuidado de sus derechos. Si el aborto fuera masculino, estaría resuelto hace siglos.
–Usted defendió la despenalización del aborto, ¿está de acuerdo con la legalización?
–Creo que es el lugar a donde llegar. Pero, como la Argentina está con resabios culturales como los que se ven, hay que buscar la despenalización tal como la estamos llevando. Lo otro es un debate cultural que llevaría a una polarización. No es momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario